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1. Son un ejercicio cardiovascular de alta intensidad.

2. Obtienes mayor control de tu cuerpo y, por ende, mejora tu lenguaje corporal.

3. Mejoras tu postura, previenes y alivias dolores de espalda, y evitas estar encorvada.

4. Endureces tu abdomen. Es falso que la práctica de danzas árabes genera flacidez en la zona abdominal. Por el contrario, te permite generar un abdomen fuerte y plano.

5. Aumenta tu bienestar psicológico general. A través de la práctica de las danzas árabes, te acercas a tu feminidad desde tus movimientos. Una oportunidad de redescubrirte como mujer y sentirte a gusto con tu propia percepción de lo femenino.

6. Replanteas el concepto de placer, dedicas un momento del día a una actividad personal, distanciándote por un instante de tus preocupaciones, disfrutando de ti misma.